Sirva como ilustración de la entrada, esta instantánea del Martes Santo del 2009.La Cofradía de los Javieres regresa a su templo, tras realizar la Estación de Penitencia.
¡Qué magnifica sensación recorre el cuerpo cuando se cierran las puertas del templo tras el cortejo, ya de vuelta!
El poder paladear lo que se ha esperado durante un año, se entremezcla en ese momento con el saber que empieza de nuevo la espera.
jueves, 22 de octubre de 2009
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3 comentarios:
Molina:
Gran momento el que vivimos el Martes Santo. El corazón en un puño, sobre todo con el palio, que gran trabajo el de esos costaleros.
Saludos
Gerva:
Un martes sano muy bueno si señor, la música del palio fue lo mejor.
y la "chicotá" de dentro, para todos los que durante la estación no ha podido verle la cara, por ir mirando al frente cumpliendo con sus reglas...qué de sentimientos se entremezclan en esa "levantá", qué de oraciones...
Un abrazo Jose, desde Granada
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